Los investigadores han encontrado dos enzimas en la saliva de los gusanos de cera que descomponen naturalmente el plástico común en cuestión de horas a temperatura ambiente.
El polietileno es uno de los plásticos más utilizados en el mundo y se utiliza en todo, desde contenedores de alimentos hasta bolsas de compras.Desafortunadamente, su dureza también lo convierte en un contaminante persistente: el polímero debe procesarse a altas temperaturas para iniciar el proceso de degradación.
La saliva de la lombriz de cera contiene la única enzima que se sabe que actúa sobre el polietileno sin procesar, lo que hace que estas proteínas naturales sean potencialmente muy útiles para el reciclaje.
La bióloga molecular y apicultora aficionada Federica Bertocchini descubrió accidentalmente la capacidad de los gusanos de cera para degradar el plástico hace unos años.
"Al final de la temporada, los apicultores suelen depositar algunas colmenas vacías para volver al campo en primavera", explicó recientemente Bertocchini a la AFP.
Limpió la colmena y colocó todos los gusanos de cera en bolsas de plástico.Al regresar después de un rato, descubrió que la bolsa tenía “gotas”.
Las alas de cera (Galleria mellonella) son larvas que con el tiempo se convierten en polillas de cera de vida corta.En la etapa larvaria, los gusanos se instalan en la colmena y se alimentan de cera de abejas y polen.
Tras este feliz descubrimiento, Bertocchini y su equipo del Centro de Investigaciones Biológicas Margherita Salas de Madrid se propusieron analizar la saliva del gusano de cera y publicaron sus resultados en Nature Communications.
Los investigadores utilizaron dos métodos: cromatografía de permeación en gel, que separa las moléculas según su tamaño, y cromatografía de gases-espectrometría de masas, que identifica fragmentos moleculares según su relación masa-carga.
Confirmaron que la saliva descompone las largas cadenas de hidrocarburos del polietileno en cadenas oxidadas más pequeñas.
Luego utilizaron análisis proteómico para identificar un "puñado de enzimas" en la saliva, dos de las cuales han demostrado oxidar el polietileno, escriben los investigadores.
Los investigadores llamaron a las enzimas "Demeter" y "Ceres" en honor a las antiguas diosas griegas y romanas de la agricultura, respectivamente.
"Hasta donde sabemos, estas polivinilasas son las primeras enzimas capaces de realizar tales modificaciones en películas de polietileno a temperatura ambiente en un corto período de tiempo", escriben los investigadores.
Agregaron que debido a que las dos enzimas superan “el primer y más difícil paso del proceso de degradación”, el proceso podría representar un “paradigma alternativo” para la gestión de residuos.
Bertocchini explicó a la AFP que, si bien la investigación se encuentra en una fase inicial, es posible que las enzimas se hayan mezclado con agua y se hayan vertido sobre plástico en instalaciones de reciclaje.Se pueden utilizar en zonas remotas sin vertederos de basura o incluso en hogares individuales.
Según un estudio de 2021, los microbios y bacterias del océano y del suelo están evolucionando para alimentarse de plástico.
En 2016, investigadores informaron que se encontró una bacteria en un vertedero de Japón que descompone el tereftalato de polietileno (también conocido como PET o poliéster).Más tarde, esto inspiró a los científicos a crear una enzima que podría descomponer rápidamente las botellas de bebidas de plástico.
En el mundo se generan anualmente unos 400 millones de toneladas de residuos plásticos, de los cuales aproximadamente el 30% es polietileno.Hasta ahora sólo se ha reciclado el 10% de los 7 mil millones de toneladas de residuos generados en el mundo, lo que deja muchos residuos en el mundo.
Reducir y reutilizar materiales sin duda reducirá el impacto de los desechos plásticos en el medio ambiente, pero tener un kit de herramientas de limpieza del desorden puede ayudarnos a resolver el problema de los desechos plásticos.
Hora de publicación: 07-ago-2023
